Políticas Open Data

La Sunlight Foundation, organización de referencia en Estados Unidos a la hora de promover el uso de Internet como herramienta de Transparencia y Apertura de los Gobiernos, y pionera también en materia de Open Data al ser promotora del encuentro en el que se forjaron los principios del Open Government Data, ha publicado recientemente sus Pautas para el desarrollo de políticas de Datos Abiertos.

El objetivo que se persigue con esas Pautas es proporcionar un documento vivo en continuo desarrollo que sirva a los Gobiernos de guía a la hora de elaborar sus propias políticas Open Data para dirigir los proyectos de apertura de datos que lleven a cabo. Al mismo tiempo, la intención es que las pautas se retroalimenten también de las experiencias que ya están en marcha o vayan surgiendo para ampliar y mejorar la guía.

En la actualidad se recogen un total de 33 recomendaciones que cubren varios ámbitos desde la planificación hasta el fomento de la reutilización pasando por los aspectos técnicos y legales asociados. En este artículo nos centraremos en la primera fase de planificación y cuáles deben ser sus características principales. En el resto de esta serie de artículos se recogerán las siguientes fases:

Planificación de la iniciativa

Aunque la planificación sería el primer paso lógico dentro de cualquier iniciativa de apertura de datos, muchas veces la planificación inicial simplemente no existe, dando lugar a iniciativas que una vez nacen quedan indefinidamente en estado inerte.

Un proyecto Open Data debe considerarse un ciclo continuo y es necesario tener claros los pasos a seguir desde un principio. Algunas reglas mínimas a cumplir en este aspecto serían:

Realizar una planificación ambiciosa y cumplirla

Se debe fijar un calendario público claro y con objetivos concretos y medibles que permita realizar un seguimiento posterior de la iniciativa y los logros conseguidos.

La planificación deberá estar diseñada pensando tanto en los objetivos tangibles a corto plazo como en la sostenibilidad de la iniciativa a largo plazo, buscando siempre un equilibrio entre ambos aspectos.

Incluir objetivos específicos en cuanto a rendición de cuentas y económicos

Una política de datos abiertos conlleva una serie de beneficios adicionales en materia de transparencia, eficiencia, participación y desarrollo económico que deben también incluirse como valores propios y objetivos específicos dentro de cualquier política.

Proveer los fondos necesarios para poder llevar a cabo la iniciativa

Si bien una iniciativa de Datos Abiertos no debería suponer en general un coste elevado, como en cualquier otro proyecto sea cual sea su índole, será necesaria también una planificación económica que garantice la sostenibilidad del proyecto y proporcione garantías de financiación para las acciones previstas.

Una política de Apertura de Datos que no aprovisiona los medios económicos y materiales necesarios para poder llevarla a cabo estará abocada al fracaso.

Crear una autoridad central al cargo

Dada la complejidad organizativa de la Administración, una autoridad, ya sea única o en forma de comité, que sirva como guía de todos los procesos previstos en la política de Datos Abiertos, promueva las actuaciones necesarias para su ejecución, vigile su adecuada implantación y vele por la obtención de resultados, es una parte organizativa fundamental para el funcionamiento de la estrategia prevista.

Planificar revisiones futuras de las políticas

Dado que los datos son una entidad viva y las políticas Open Data actuales se encuentran todavía en un estado incipiente, para que la política definida siga siendo relevante a lo largo del tiempo es necesario que se revise y actualice con cierta periodicidad.

De este modo podremos beneficiarnos del feedback obtenido durante la ejecución de la propia iniciativa, así como incorporar las mejores prácticas que se observen en otros entornos.

Radiografía de las Políticas Open Data en España

Si hacemos un breve repaso de las iniciativas españolas en base a las pautas anteriormente expuestas podríamos obtener las siguientes conclusiones generales:

  • Si bien en algunos casos se han desarrollado políticas propias para la implantación del Open Data, ya sea de forma particular o enmarcadas dentro de una estrategia más amplia de Gobierno Abierto, dichas políticas no se hacen públicas. No obstante, en la mayoría de los casos dicha planificación directamente no existe, dando lugar a que la iniciativa se improvise de forma continúa con resultados diversos.
  • En la mayoría de casos no existe una autoridad específica a cargo del Open Data y las iniciativas han sido adoptadas como proyectos del área tecnológica, lo que puede limitar considerablemente el alcance y éxito de la iniciativa. Tampoco hay una dotación presupuestaria estable y los avances se consiguen en general gracias a dotaciones específicas para actuaciones concretas.
  • Prácticamente la totalidad de iniciativas existentes están ligadas explícitamente con objetivos de transparencia, eficiencia, participación y desarrollo económico, aunque no se detallan cuáles son las actuaciones específicas previstas para cada una de las materias ni los resultados esperados.
  • En cuanto a la revisión de las políticas, sí se constata cierta organización conjunta de las iniciativas que aboga por reflexionar sobre cuáles son las mejores prácticas a seguir y avanzar hacia una mayor madurez trabajando en común sobre esa línea.