La reciente publicación de Cesar Calderón en su blog, que recomiendo leer antes de lo que viene a continuación, me ha hecho reflexionar a mí también sobre la corriente anti-tecnológica que últimamente viene apareciendo en cualquier debate sobre Open Data o Gobierno Abierto y que produce también algunos fenómenos extraños.
Aunque nunca está de más reiterar la importancia del compromiso y la voluntad política como punto clave e imprescindible para una iniciativa Open Data o de Gobierno Abierto en general, lo que no acabo de entender es qué puede aportar de malo una brillante construcción técnica en cuanto al éxito de la iniciativa o al compromiso de sus promotores, y menos todavía el tono negativo o incluso a veces rozando el sarcasmo que me parece percibir al respecto.
No se equivoquen, la absoluta totalidad de iniciativas exitosas de Open Government, Open Data, participación y transparencia tienen un mismo origen, la política, y un medio común, la tecnología, como herramienta que facilita una transparencia, colaboración, participación y reutilización efectivas.
Y para demostrarlo podemos utilizar los mismos tres ejemplos mencionados como iniciativas de referencia – Obama en USA, Patxi en Euskadi y Cameron en UK – que han estado asociados siempre a sus respectivas brillantes soluciones técnicas, desde la plataforma abierta de Open Government que se utiliza en USA y que ahora está también disponible para su reutilización por otras iniciativas gracias a la Open Government Platform, hasta el recientemente renovado data.gov.uk referente a nivel mundial en casi todos los sentidos, pasando como no por el portal de Apertura de Datos públicos del Gobierno Vasco, que ha sido posible gracias al aprovechamiento de la sólida base técnica previamente existente en la infraestructura Web de Euskadi. Todo eso por no hablar de la reciente apuesta de Obama por las APIs como vía de futuro para la sostenibilidad del Open Data, o la forma en la que desde el Reino Unido se ha ido abriendo camino con las tecnologías de la Web Semántica y el Linked Data como apuesta de futuro para los Datos Abiertos, vía a la que recientemente se ha unido también la Comisión Europea.
Por otro lado, es realmente difícil que si no existe un verdadero compromiso político se realice la apuesta necesaria para llevar a cabo una solución técnica adecuada. Esto da lugar a que en la gran mayoría de las ocasiones la existencia de una solución técnica brillante sea por pura lógica un claro indicativo del compromiso político previamente establecido, es decir, dicha solución técnica surge normalmente como consecuencia del compromiso. De hecho, aquellos casos en los que el compromiso político no existe realmente muchas veces se pueden detectar con facilidad gracias a que se suelen materializar a través de soluciones técnicas pobres e inadecuadas, incapaces a todas luces de sostener un proyecto que se hubiese conceptualizado como algo duradero.
Por tanto yo diría que si bien el compromiso político es el verdadero habilitador, la solución técnica es el posibilitador final capaz de hacer una iniciativa sostenible a lo largo del tiempo, y no olvidemos que si no fuera por la plataforma abierta que nos ofrece Internet no estaríamos problabemente hablando de las iniciativas de Open Data o Gobierno Abierto a las que sirve de soporte imprescindible.
De esta forma, un político que no sepa hacer un uso adecuado de la tecnología que tiene a su disposición está dando el primer paso hacia la insostenibilidad de cualquier iniciativa de reutilización de la información. De igual modo que una comunidad de Gobierno Abierto y Open Data que no es capaz de trabajar unida está dando grandes zancadas hacia su autodestrucción, y todo por no saber respetar, apreciar y valorar en su justa medida el trabajo de los distintos implicados, ya sean grandes políticos de nueva generación, brillantes tecnólogos o visionarios del Gobierno Abierto.