A lo largo de este año hemos visto algunos pasos atrás en cuanto al Open Data y la Reutilización de la Información en el Sector Público en nuestro país, por ejemplo el cierre de algunas iniciativas como Extremadura Reutiliza u Open Data Córdoba, aunque sin duda alguna el caso más sonado ha sido el anuncio de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) respecto al cierre del servicio gratuito de acceso a ciertos datos mediante FTP, pasando en la actualidad a ser un servicio de pago, lo que ha dado lugar a una reacción unánime de rechazo por parte de la comunidad Open Data en España.
Estas noticias suponen claramente un paso atrás en las expectativas Open Data nacionales aunque, tal y como comenta Jorge Campanillas en su blog, la medida tomada por la AEMET es lícita y ajustada a la ley, pero desde luego discutible en cuanto a visión y oportunidad, ya que la imposición de tasas restringe claramente el acceso a los datos públicos, a la vez que resta eficacia y eficiencia en el acceso.
Es cierto que la gratuidad de la información, aún siendo algo plenamente recomendable, no está contemplada como uno de los principios básicos del Open Government Data, y que el Open Data cuesta tiempo y trabajo, y por tanto dinero, pero la cuestión en este caso es ¿por qué optar por ofrecer de forma abierta unos servicios de gran demanda y utilidad para luego pasar a un modelo de pago por acceso?.
A todas luces parece deberse a una mala estrategia que responde principalmente a motivos de sostenibilidad económica derivados de la complicada situación económica y social que estamos atravesando y que también puede haber afectado a las otras iniciativas que se han quedado por el camino. No obstante, dar prioridad a las cuentas a corto plazo y no pararse a pensar en la factura que eso pasará al desarrollo económico futuro no parece a priori una buena inversión.
El Open Data sigue adelante
A pesar de todo, y aunque el contexto actual esté afectando y puede hacer que surjan algunas dudas sobre la viabilidad de las iniciativas, todo parece indicar que el Open Data está aquí para quedarse, y que hay más motivos para el optimismo que para el pesimismo, como por ejemplo:
- La iniciativa Extremadura Reutiliza, que se ha visto afectada también por la renovación de las infraestructuras Web generales del Gobierno de Extremadura, volverá con toda probabilidad en el futuro renovada y con más fuerza como parte de la estrategia de la Agenda Digital Extremeña.
- Tenemos muchas nuevas e interesantes iniciativas en preparación que verán la luz próximamente, como el Open Data de Aragón, Dato Abierto La Rioja y los avances en la materia de Canarias a nivel autonómico, o la reciente incorporación de Sabadell y el anuncio del portal Open Data de Málaga a nivel local.
@ingenia_es pondrá en marcha el portal #OpenData de #Malaga. Datos de la #smartcity para el desarrollo económico y la transparencia #red
— Carlos Bentabol (@cbentabol) noviembre 15, 2012
- La iniciativa nacional sigue evolucionando. Empiezan a aflorar los primeros Planes RISP de Ministerios y Organismos en cumplimiento de los requisitos establecidos por el Real Decreto 1495/2011 y, además, se está desarrollando la infraestructura que permitirá federar esos datos con el catálogo nacional.
- Surgen nuevos proyectos innovadores que buscan aprovechar al máximo las posibilidades de desarrollo económico que ofrece el Open Data, como el OpenData Lab Gijón.
- Alguna iniciativas pionera y de referencia siguen presentando novedades, como Open Data Barcelona, que se reimpulsa y renueva con objetivos más ambiciosos en cuanto a publicación, reutilización y desarrollo económico u Open Data Euskadi que, según anunció en las Jornadas Open Data de Sevilla, está trabajando en la versión 2 de su iniciativa, que incluirá novedades tan llamativas como el plan de generalización para la reutilización de cualquier activo público (incluyendo datos, aplicaciones, documentos, etc.)
- Las Comunidades entorno al Open Data no paran de expandirse y crecer, tanto en número como en calidad.
Y para seguir avanzando recordemos que el Open Data no es cuestión de publicar algunos datos en bruto y realizar un par de hackatones con ellos, ya que una iniciativa sostenible implica un viaje largo y sin atajos que se debe recorrer paso a paso sobre los cimientos sólidos que proporciona una estrategia coherente.